
Bernabé en El mejor oculista del mundo, cuento de Israel Alonso: como el tratamiento Ludovico de La naranja mecánica, pero sin instrumental quirúrgico.
El tema del cuento es el pacto con el diablo: una persona obtiene algo que desea a cambio de su alma inmortal. ¿Cómo puede un escritor abordar un tópico literario y aportar algo nuevo?
Veamos cómo procede Israel Alonso:
1. Narrador
La narración comienza en tercera persona, pero a medida que avanza se desdobla en otras.
Aparece la primera persona cuando hablan los personajes, algo normal en la utilización del estilo directo, y también en las ensoñaciones del protagonista, que le van dando la sensación de una realidad oculta tras un velo de apariencias.
Al final, ya veremos cómo Alonso se las ingenia para usar la segunda persona.
2. Perspectiva
En cuanto al punto de vista, predomina el del paciente, Bernabé Serrador, que ha viajado de España a Inglaterra para que el personaje del título le cure su visión defectuosa.
Que el punto de vista sea el de un protagonista casi ciego, suscita el interés por cómo va a descubrir las connotaciones del pacto. El lector puede imaginarse en qué terminará, pero no puede evitar que le gane la curiosidad.
3. Humor
En relación con lo anterior, el cuento es muy divertido y ágil de leer. Hay humor a dos niveles:
El primero, irónico. La perspectiva del ciego que quiere ver lo que querrá no haber conocido, como quien se toca buscando un hueso roto.
El segundo, directamente cómico. Bernabé reconoce que está dando respuestas equivocadas, incluso que está siendo engañado. Alonso hace caminar a su protagonista por el límite de lo verosímil, y consigue que no lo traspase porque a Bernabé lo guía su deseo de conseguir un imposible.
4. Estilo
Operada la maravilla, Bernabé alcanza su objetivo. Se produce en un nuevo estado de ensoñación que, como dije, es territorio de la primera persona, pero en una ingeniosa pirueta estilística, porque allí irrumpen otras voces.
¿Qué voces?
La del presunto médico en estilo directo, para librar la contienda definitiva con el protagonista.
Una vez firmado el pacto, Bernabé tiene una serie de visiones que involucran a la segunda persona: “Lo recuerdas. No lo oyes, pero lo ves”.
Así, entre parpadeos, el lector asiste al fluir de la conciencia previo al cierre: un espacio carente de signos de puntuación, donde las imágenes se superponen para que tú les encuentres un sentido: “[…] cómo acabaremos cómo empezamos quién es quién existe dios o no existe […]”.
El final del cuento me hizo acordar al tema de Divididos, ¿Qué ves?
Sí, es otra cosa, pero el estribillo le viene pintado 😉
Te dejo el link a El mejor oculista del mundo en el blog de Israel Alonso, publicado originalmente en Demonalia, una antología benéfica de mil demonios, Cazador de Ratas, 2015.
¿Qué te ha parecido el cuento?
¿Compartes mi análisis? ¿Por qué?
Si te interesa la Ficción especulativa de tema religioso, te recuerdo que puedes leer estas entradas:
Análisis de obras de ficción:
- El pescador de demonios, de Steve Redwood
- La intersección de Einstein, de Samuel R. Delany
- La locura de Dios, de Juan Miguel Aguilera
- Cuna de gato, de Kurt Vonnegut
Apuntes teóricos:
- El reino, de Emmanuel Carrère
- El triunfo de la muerte, de Brueghel el viejo
- Nostalgia del absoluto, de George Steiner
¿Te interesan estos temas? ¿Cuáles?
DE REGALO
Interesante, me ha divertido mucho el cuento y comparto tu análisis. Aunque no deja de parecerme demasiado análisis para un cuento tan corto 🙂 Creo que es un buen trabajo para descifrar por qué el cuento «funciona», a varios niveles. Y como tal, puede ser de utilidad para muchos autores (y talleristas).
Gracias, Carlos. ¿Demasiado análisis te parece? 🙂 El cuento es corto y la estructura es lineal, pero tras esa apariencia hay un buen trabajo con las técnicas narrativas. Espero que sirva a autores y talleristas. Un abrazo.