
En su excelente Teoría de la narrativa (Una introducción a la Narratología), Mieke Bal define Narratología como la teoría del texto narrativo. Dicho así, es una definición tautológica, ¿verdad? Sin embargo, este librito breve y denso en ideas ofrece un instrumento útil para los que nos dedicamos a escribir historias. En las líneas siguientes te ofrezco una presentación del tema.
¿Comenzamos? 🙂
Si la Narratología es la teoría del texto narrativo, ¿qué es un texto narrativo?
Aunque todos tenemos una idea general, no siempre es sencillo determinar qué es un texto narrativo. ¿Por qué debería importarnos? Porque conocer una buena teoría nos ayudará a describir mejor los textos que leamos, y ya sabemos que la formación como lector es fundamental para un escritor.
¿Cuáles serían textos narrativos? Novelas, novelas cortas, cuentos, etc. Pero, ¿qué pasa con las viñetas de los tebeos? Los cómics, ¿son textos narrativos? Desde una interpretación amplia del concepto “texto”, sí, utilizan la imagen como sistema de signos. No serían textos narrativos si restringiéramos “texto” al signo lingüístico.
Esta última es la propuesta de Mieke Bal, atenernos al “texto” como un todo finito y estructurado que se compone de signos lingüísticos. Dicho esto, partimos de lo siguiente:
- Un “texto narrativo” será aquel en que un agente relate una narración.
- Una “historia” es una fábula presentada de cierta manera.
- Una “fábula” es una serie de acontecimientos lógica y cronológicamente relacionados que unos actores causan o experimentan.
- Un “acontecimiento” es la transición de un estado a otro.
- Los “actores” son agentes que llevan a cabo acciones. No son necesariamente humanos.
- “Actuar” se define aquí como causar o experimentar un acontecimiento.
- El “texto” no es la historia.
Esto implica que el texto narrativo se compone de estratos y de elementos.
Los tres estratos del texto narrativo
Los estratos del texto narrativo son tres: fábula, historia, texto.
Con “fábula”, Bal no se refiere al tipo de cuentos donde hablan los animales, como las fábulas de Esopo. Aquí “fábula” es aquel estrato que ordena los acontecimientos (primero, luego, al final).
“Historia”, en cambio, es la forma en que se presentan dichos acontecimientos. Un relato puede comenzar por el principio, in medias res o por el final.
Y “texto” es la versión de una “historia”.
Por ejemplo, Pulgarcito. La “historia” es bien conocida. Sin embargo, no todo el mundo ha leído esa historia en el mismo “texto”. Hay diferentes textos, distintas versiones en las que se relata la misma historia. Algunos se pueden leer en voz alta a los niños, otros son demasiado difíciles. Ante una versión cinematográfica, aunque cambiase el sistema de signos, el público probablemente experimentaría las mismas reacciones. Esto demuestra que algo sucede con la “fábula” que trasciende a lo meramente lingüístico.

Ilustración de Leonard Leslie Brooke para una edición de la versión inglesa de Pulgarcito
No obstante, que un texto sea susceptible de ser dividido en tres estratos es una suposición teórica. Los tres estratos no tienen una existencia independiente. El único material que tenemos para investigar es el “texto”. Dicho de otra manera, puedes tener la fábula en la cabeza, puedes incluso tener la historia armada, pero hasta que no hayas escrito el texto, nadie podrá leer tu relato. 😉
Los cuatro elementos de la fábula
La fábula, sobre la cual se da forma a la historia, se construye siguiendo ciertas leyes que los estructuralistas llaman “lógica de los acontecimientos”. Esto es, deben responder a las mismas leyes que controlan el comportamiento humano. De otro modo, sería imposible comprender un texto narrativo.
Considerando el comportamiento humano como criterio, cobran importancia los instrumentos de la acción, los actores. Dichos actores se desempeñan en un tiempo y en un espacio. Así, los acontecimientos, los actores, el tiempo y el lugar constituyen el material de una fábula, son sus cuatro “elementos”.
Estos elementos se organizan de cierta manera en una historia para producir un efecto, que puede ser:
- El de conmover
- El de convencer
- El revulsivo
- El estético
¿Cómo se opera el pasaje del estrato “fábula” al estrato “historia”?
Los aspectos de la historia
Hay varios procesos implicados en la ordenación de los elementos de una fábula en una historia:
- Los acontecimientos se ordenan en una secuencia que puede diferir de la cronológica.
- La cantidad de tiempo que se asigna a los diversos elementos se determina sobre la base de la cantidad de tiempo que estos elementos ocupan en la fábula.
- Se dota a los actores de rasgos distintivos. De esta forma se individualizan y transforman en personajes.
- Los espacios en los que suceden los acontecimientos reciben también unas características distintivas y se transforman en lugares específicos.
- Además de las relaciones necesarias entre actores, acontecimientos, lugares y tiempo, todos los cuales eran descriptibles ya en el estrato de la fábula, pueden existir otras relaciones (simbólicas, alusivas, etc.) entre los diversos elementos.
- Se lleva a cabo una elección entre los diversos “puntos de vista” desde los que cabría presentar los elementos.
De estos múltiples procesos resulta una historia específica, distinta de otras. Bal llama “aspectos” a los rasgos específicos de una historia.
Como dijimos, una “fábula” ordenada en una “historia” no es todavía un “texto”.
De la historia al texto
Un texto narrativo es una historia que se cuenta con signos lingüísticos. Como es evidente, estos signos los emite un agente que relata. Ese agente no es el escritor. El escritor se distancia y se apoya en un portavoz ficticio, al que se denomina técnicamente “narrador”. Si quieres leerlo, te dejo mi análisis sobre la voz narrativa en La locura de Dios, de Juan Miguel Aguilera.
Sin embargo, ese narrador no relata continuamente. Cada vez que aparece el estilo directo, es como si el narrador transfiriese provisionalmente su función a uno de los actores. Es importante, por lo tanto, determinar quién narra.
A su vez, en un texto narrativo no todo es narración. Hay pasajes que no se refieren al desarrollo de los acontecimientos. Por ejemplo, aquellos donde se describe un personaje o un lugar, o donde se opina sobre algo. En consecuencia, los pasajes pueden ser de tres tipos: narrativos, descriptivos o de tesis.
Conclusiones
Este es un panorama de las características que idealmente deberían poseer los textos narrativos. En sucesivas entradas, las veremos en detalle.
Por supuesto, esto no significa que al leer un texto debas buscar todas las características. Solamente serán relevantes aquellas que creas pertinentes en el texto que desees describir.
Se trata de utilizar la descripción para avanzar sobre los aspectos que a ti te interesen. La descripción textual resultante te dará la base para una eventual interpretación.
Si te ha gustado mi entrada, es posible que también te interesen estas recomendaciones de libros para escritores (sólo transcribo las de algunos colegas, para verlas todas mira esta conversación en Facebook):
- Ana González Duque: Gramática de la fantasía, de Gianni Rodari
- Gabriella Campbell: Sobre literatura, de Umberto Eco; Teoría de la novela, de Enric Sullá; 27 Fiction Writing Blunders, de James Scott Bell
- Clara Tiscar: La semilla inmortal, de Jordi Balló
- Jaume Vicent Bernat: Conflict and Suspense, de James Scott Bell; Mientras escribo, de Stephen King; Escribir Ficción, del Gotham's Writer Workshop
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¿Te sirve el libro de Mieke Bal para leer mejor?
Distinguir los tres estratos de un texto narrativo, ¿te ayuda a planificar tu cuento o tu novela?
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Hola,muchas gracias por la información. ¡¡Me sirvió mucho!! 😀👏
Me alegra mucho que te guste, Piqui. Si quieres agradecer, dale al botón de compartir, que no cuesta nada y me ayuda a difundir. Saludos 😉
Muchas gracias por tu explicación!
De nada, Melisa. Un placer.
Me ha gustado mucho esta entrada. Realizo un estudio sobre el mito en las culturas aborígenes y pienso que el libro de regalo me vendría muy bien para mi estudio.
Veo que ya te has suscrito a la newsletter, Doris. Ya me contarás si te sirve. Un saludo.
Excelente análisis, sencillamente explicado.
Muchas gracias, Mavi, me alegra que te guste. Pronto traeré la segunda parte, dedicada a los elementos de la fábula. Un saludo.